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Rebranding
El Pimpi
La marca de una institución gastronómica.
El Pimpi es más que una gran bodega con historia en Andalucía, es parte de la cultura malagueña. Centro de peregrinaje de turistas y visita periódica de los lugareños, se aproximaba a sus 50 años y era el momento de poner en valor el la dimensión de negocio alcanzada más allá de su popularidad innata: la mejor materia prima local, cientos de eventos al año, una apuesta por el comercio de proximidad y la innovación digital.
En el caso de su logotipo, tan reconocible, simplemente se corrigieron algunos matices que generaban problemas en determinadas escalas. El verdadero despliegue es su universo tanto gráfico, fotográfico, audiovisual y comunicativo.
Málaga en estado puro.
Miles de personas recomiendan ir a El Pimpi cada día. Unos por el lugar, otros por la gastronomía, el sol, el ambiente, la diversión… ¿Qué tienen en común todos ellos? Todos están recomendando una parte de Málaga, de ahí que solo un Málaga en estado puro puede resumir la experiencia más allá de los gastronómico.
La expansión de una gran marca como esta, presente en cientos de aplicaciones: comunicaciones, packaging, digital, offline, etc exigía un formato fácil de implantar y que a la vez aportase una distinción de garantía. Este sello de calidad, con capacidad para cambiar, soluciona decenas de decisiones a la hora de adaptar o elevar la marca u otros entornos más allá de la oferta gastronómica.
Clásico y llamativo.
Como institución gastronómica, El Pimpi merecía una comunicación a su altura pues es faro de la ciudad de Málaga. La Semana Santa, la Feria, el Festival de Cine, los museos o simplemente el tejido empresarial son entornos que El Pimpi transita, comparte o comunica. Hoy, además, deja también su calidad en ellos.
